¿Sabes cómo era la guitarra de Tárrega?
Desde que Antonio Torres estableció sus innovaciones en la guitarra española, ésta ha sufrido muchas evoluciones para aumentar sus prestaciones, de la misma forma que ha ocurrido con las cuerdas.
Hemos hablado anteriormente de las cuerdas que se utilizan en las guitarras de hoy en día, pero es muy importante conocer cuál ha sido la evolución, tanto de cuerdas como de guitarras, para entender lo que existe en la actualidad.
Como se explicó en el post anterior, antiguamente los guitarristas utilizaban unas cuerdas muy diferentes a las que conocemos hoy en día. Las cuerdas que existían hasta mediados del siglo XX, eran cuerdas fabricadas con tripa, para las primas (las tres primeras cuerdas más delgadas) y con seda, para los bordones (las tres cuerdas más gruesas).
Se les llamaba cuerdas de tripa de gato, pero en realidad no se hacían de gato, eran cuerdas que normalmente estaban hechas con tripa de cerdo.
En lo que respecta al instrumento, Antonio Torres (1817-1892) marcó los cánones de la guitarra actual, la cual no ha parado de evolucionar. Torres fue el encargado de establecer las estructuras de varillaje de la tapa, así como aumentar el tamaño de la caja de resonancia.
También se encargó de diferenciar claramente la construcción de las guitarras clásicas y flamencas. Diferencias importantes para poder interpretar de la mejor manera los dos estilos musicales.
De hecho, la guitarra ha seguido evolucionando, sobre todo la clásica, aumentando aún más el tamaño de la caja de resonancia para potenciar su volumen y proyección de sonido. La introducción de nuevos tipos de madera en la elaboración también ha sido fundamental. En el caso de Guitarras Alhambra, podemos destacar el modelo Luthier Aniversario, donde los aros y el fondo están construidos de Ziricote.
En el pasado, las características de los materiales utilizados en las cuerdas obligaban al intérprete a una mayor dedicación al instrumento, que añadido a unas características del instrumento diferentes (una caja de resonancia más pequeña), convertían a la guitarra española en un instrumento más íntimo y orientado a salas de pequeñas dimensiones.
Un ejemplo claro es el de Francisco Tárrega (1852-1909), guitarrista y compositor reconocido en todo el mundo, y que en su tiempo tocaba en pequeñas salas, donde se podía apreciar el delicado sonido de la guitarra.
En la actualidad hay casos como el de Carles Trepat que utiliza para sus conciertos una guitarra Torres restaurada, además de cuerdas de tripa y seda. En opinión de este gran intérprete, algunas guitarras flamencas del siglo XX todavía mantienen la esencia de aquellas guitarras Torres, gracias a su fabricación.
Para este tipo de guitarras es imprescindible utilizar elementos de amplificación, un tema muy importante y del que también hablaremos.