
La guitarra clásica portuguesa: un síbolo de identidad nacional
Los orígenes de la guitarra portuguesa se asocian a una posible evolución de la cítara durante el siglo XVIII evolución que en Europa supuso el origen de múltiples instrumentos de cuerda similares. La generalización de esta fue rápida en Portugal y no tardó demasiado tiempo en sustituir a la guitarra española como instrumento principal para acompañar al fado, el cante tradicional portugués.
Tradicionalmente, existen tres modelos diferentes de guitarra portuguesa: la de Lisboa, la de Oporto y la de Coímbra. Su caja tiene forma de pera, más convexa que la española, y su sonido es más vibrante gracias a una afinación concreta en sus cuerdas más agudas. La declaración del fado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2011 supuso el empuje definitivo para este instrumento que, poco a poco, ha ido trascendiendo los límites de la música popular portuguesa. Muchos jóvenes comienzan a tocar la guitarra portuguesa fusionando sus sonidos con los de otras culturas y estilos musicales como la samba, el jazz o incluso el rock y el pop. El movimiento World Music Internacional, auspiciado por el británico Peter Gabriel, ha contado también con la guitarra portuguesa como parte de su proyecto de fusión intercultural. Se está asistiendo a un cambio radical en la concepción de este instrumento. Un cambio que tiene mucho que ver con la globalización, que por supuesto también alcanza a la música, pero que también tiene relación con el interés de las nuevas generaciones por la recuperación y reconsideración del papel de muchos instrumentos tradicionales en desuso.