Guitarras más emblemáticas de la historia del rock
Cuando se empieza a tocar la guitarra, comienza también una historia de amor con este instrumento. Algunas resultan breves e intensas y acaban entre llamas, como cuando Jimi Hendrix prendió fuego a su Stratocaster en el Festival de Monterey de 1967. Sin embargo, otros músicos experimentan largos romances con sus guitarras, convertidas en sus fieles compañeras durante décadas.
Aquí se muestra un pequeño repaso por la guitarra clásica del rock:
- Lucille de B. B. King: durante una actuación, en invierno de 1949, dos hombres del público discutieron y desencadenaron un incendio. Al darse cuenta de que su guitarra seguía en el escenario, King se precipitó dentro del local en llamas para rescatarla. Cuando supo que el origen de la pelea había sido una mujer llamada Lucille, el Rey del Blues encontró el nombre perfecto para su guitarra.
- Blackie de Eric Clapton: en 1970 el músico compró seis Stratocaster. Regaló una a George Harrison, Pete Townshend y Steve Winwood y con las tres restantes se construyó Blackie. En color blanco y negro, esta guitarra fue su favorita durante décadas y terminó sus días en 2004 subastada para fines benéficos por casi un millón de dolares.
- Trigger de Willie Nelson: la guitarra española de este maestro del country cuenta con más de cuarenta años y su aspecto envejecido, con un agujero en su parte frontal incluido, lo reflejan. Sin embargo, Nelson permanece fiel a su Trigger y afirma que el día en que esta falle será definitivamente el de su retirada.
Tampoco se puede no mencionar Cloud, una guitarra de curvas sinuosas que lució Prince en la película Purple Rain, Old Black de Neil Young, Fender Esquire de Bruce Springsteen, el bajo con apariencia de violín de Paul McCartney o la guitarra de doble mástil de Jimmy Page. Sin ellas, no habrían existido tantos temas ya clásicos de música para guitarra.