Los palos en la guitarra flamenca
Técnica, armonía y sobre todo ritmo, diferencian a cada uno de los tradicionales palos en la guitarra flamenca.
A cada una de las variedades tradicionales del flamenco se les llaman “palos”. Atendiendo a la progresión armónica y al ritmo, un tema se compone en un palo o en otro. En este sentido, también hay que tener en cuenta la técnica que se emplea en cada uno de ellos, tanto por tipo, como por grado de dificultad.
El picado, el rasgueo, el trémolo o el alzapúa, son algunas de las técnicas utilizadas por los “tocaores” flamencos. Técnicas que identifican el toque flamenco y que obliga a la guitarra flamenca a tener una serie de características diferentes a las de su variante clásica.
El trémolo de cuatro notas, el picado o el mismo rasgueo, suenan diferentes con una guitarra adecuada. Ceceo, color del sonido, en definitiva suena a flamenco.
En lo que respecta a las variedades tradicionales del flamenco, algunos de los palos más conocidos son: Bulerías, Alegrías, Fandango, Petenera, Rondeña, Soleá o el Tango.
En todos ellos, los ritmos más frecuentes son de doce, cuatro y tres tiempos. Teniendo muy presente, la importancia del acompañamiento rítmico mediante palmas y golpes de nudillo. Un acompañamiento fundamental, además de representativo del arte flamenco. También el cajón constituye un acompañamiento rítmico muy común, aunque cabe destacar que el “cajón” fue una innovación realizada por Paco de Lucía.
El compás más frecuente en la guitarra flamenca es el de doce tiempos. La Bulería, Alegría, la Petenera o la Soleá, son algunos de los palos con compás de doce tiempos.
En lo que respecta al compás de tres tiempos, podemos encontrar los palos de Fandango, Granainas, Malagueñas o Tanguillos.
El Tango, la Farruca, el Garrotín o el Taranto, están compuestos mediante compás de cuatro tiempos.
Todos los compases utilizados en los palos de la guitarra flamenca son divisores de 12, por lo que es muy conocido el reloj flamenco, que sirve para aplicar el ritmo de los diferentes palos.
En el compás de doce tiempos, los tiempos más fuertes son el 3, 6, 8, 10 y 12.
Aunque en este artículo se ha sintetizado la estructura de los diferentes palos flamencos, la realidad es que poder llegar a dominar los diferentes ritmos constituye una gran dificultad, sobre todo para aquellos guitarristas que no están acostumbrados a escuchar los diferentes ritmos.
De hecho, la mayoría de ritmos populares de las diferentes regiones del mundo, se constituyen por costumbres muy arraigadas, por lo que aquellos que no viven con ellas, tienen más trabajo a realizar.
Aún así, mediante muchas horas de estudio y el uso del metrónomo, se puede llegar a tocar la guitarra flamenca, sobre todo a disfrutar de ella.